Sonámbula

La oscuridad se tornó de color azul. La cama, blanda en un principio, se volvió dura. El suelo cuando posó sus pies se desvaneció. La cabeza le daba vueltas, sus piernas no la sostenían y al final cayó.
De pronto el suelo era duro, la oscuridad total y desalentadora, la cama no alcanzaba a encontrarla, pues en sueños había caminado hasta el salón. La cabeza poco a poco se le fue despejando hasta que al fin recordó. Un escalofrío recorrió su espalda y se bajo las mangas de su camiseta.
Entonces, la luz se encendió y vio unos zapatos brillantes y unas manos que la cogían y la devolvían a una cama blanda y cálida.

“Por favor quítame los zapatos antes de acostarme”.


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