Llego con el cuerpo congelado y se metió al baño. Encendió todas las luces. Conectó el calentador, a pesar de que la calefacción estaba puesta. Se desnudo, se metió en la ducha y el agua caliente fue descongelando sus fríos huesos.
Comenzó a entrar en calor y empezó a cantar: "Hace calor, hace calor, ella tiene la receta para estar mucho mejor, sin trucos, sin prisa me entrega su sonrisa como una sacerdotisa del amor..."
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